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Here's Your Letter

Fui repartiendo mi corazón en cada canción para hacerlo más liviano. Éramos polos opuestos de una misma energía, líneas eternamente paralel...

jueves, 30 de diciembre de 2010

Look back

Acaba el año.
Empieza uno nuevo.
Miras atrás, piensas si ha merecido la pena. Sonríes al recordar buenos momentos, te entristecen algunos malos, hay otros que no tienen mucha importancia y pasan de largo.
Luego te das cuenta de todo el tiempo perdido, y de todo lo que podrías haber hecho. No solo eso, si no que lamentas no haber hecho cosas en el pasado para que ahora todo fuera mucho más fácil.
Te prometes a tí mismo aprovechar el tiempo ahora, para que no pase lo mismo, pero día tras día, volverás a caer en el mismo error, de no hacerlo.
¿Por qué?
Piensas que puede esperar, y que ahora lo mejor es dejar la cabeza tranquila, y pasárselo bien.
En realidad tu futuro es tu presente, y no te das cuenta de que el tiempo te está comiendo, y no haces nada por evitarlo.

Cuando vuelves a mirar hacia atrás, te das cuenta de que todo a sido mucho más rápido de lo que nunca pudieras haber imaginado. Sí, ahí estában, todos los momentos tan bonitos, agradables, especiales... que nunca querías que se acabaran, y esos malos momentos que esperabas que pasasen rápido.
Ves que has prestado demasiada atención, tiempo y preocupación en cosas ínfimas comparadas con la realidad de lo que importa.
Pero ahora todo lo ves de distinta forma, todo aquello pasado te hace ser lo que hoy eres, tanto lo bueno como lo malo, pero sobretodo lo malo, ya que ayuda a forjarnos a nosotros mismos como personas.

Tu futuro es ahora,  tu pasado eres tú. Solo tú puedes luchar hoy.

martes, 7 de diciembre de 2010

Damsel taciturn.

Taciturna damisela que vaga por las penumbras de la noche, tan solo iluminada por el brillo de la luna, y que transita solitaria en el edén más oculto de las sombras, recibe como dádiva de su fe el cicerone del que será su camino.
Liba de la esencia que trasega de cada vida y cada experiencia, sin dejar en olvido las docencias que la imperancia le dió.
Discierne entre la iniquinidad, la vileza y la infamia que la savia le muestra como óbice, para converger al fin con la aservación.