Dejemos de fingir, dicen que donde duele inspira, pero tú más que dolerme curas mis heridas.
La arquitectura de tus caderas considerada arte, arden, pegadas contra mí.
Y que digan que no te vi, que yo te observo, me elevo, vuelo, me enredo entre tu pelo y tú entre mis sábanas.
No te preocupes, yo soy perro viejo, ya lameré mis heridas.
O a escondidas las barnizaré con tus besos, guardados tengo por si llegan malos tiempos.